Hay decisiones que merecen un análisis exhaustivo, puntual y objetivo sobre el rumbo que puede tomar nuestra empresa, en el blog del día de hoy, les hablaré del momento que surge después de una racha de buena fortuna, de ese momento donde contamos con distintos proyectos que nos hacen cuestionar la posibilidad de crecer operativamente, de contratar más colaboradores o por el contrario, de seguir con nuestro equipo actual, camino que plantea trabajar con mayor presión con los mismos recursos.

Ambas decisiones son válidas, hoy, te hablaré de algunas herramientas o conceptos que pueden servirte como una perspectiva externa, recuerda que este blog es una conversación, donde el canal está abierto para recibir comentarios y puntos de vista.

Iniciaré con el concepto “capacidad instalada”, el cual, nos habla del punto máximo de producción que una empresa puede alcanzar en determinado tiempo, es prioritario que como directivos sepamos hasta que punto podemos llegar con nuestras capacidades actuales, este indicador, suele encontrarse en la mente de todos los gerentes o directivos, sobre todo, cuando cuentan con experiencia en el puesto, es natural que los “jefes” nos digan, puedes dar más, sorprendiéndonos de lo exactos que pueden llegar a ser, en caso que la variable tiempo no esté a nuestro favor, tenemos que medir nuestra producción e inferir los puntos máximos resultantes, en el mejor escenario siempre tendremos nuestros históricos, de ahí la importancia del registro de cada movimiento por nuestra empresa. Si conocemos este dato, la respuesta viene por añadidura, nos ayudará a decidir si es necesario apretar algunas tuercas o si ya estamos en el punto máximo de producción, no contamos con holgura y definitivamente tendremos que aumentar nuestro equipo de trabajo.